Enfermedad de Ménière

¿Qué es la enfermedad de Ménière?
La enfermedad de Ménière se caracteriza por vértigo, pérdida de audición, presión o sensación de plenitud en los oídos y tinnitus. El paciente sufre ataques graves y muy molestos que son impredecibles y pueden durar de dos a veinticuatro horas.
Signos de la enfermedad de Ménière
Dos pacientes con la enfermedad de Ménière no son iguales. Sin embargo, a continuación se enumera una lista de síntomas específicos relacionados con esta enfermedad:
- Los síntomas de pérdida de audición suelen producirse aproximadamente en el periodo de los ataques de vértigo.
- Los síntomas de pérdida de audición se suelen experimentar en un solo oído no en ambos.
- Con frecuencia, el paciente siente que existe presión en el oído afectado antes o durante el ataque.
- Un ataque normalmente dura de dos a veinticuatro horas.
Existen periodos de tranquilidad de la enfermedad de Ménière. Durante estos periodos, los pacientes se sienten bastante bien.
Causas de la enfermedad de Ménière
La enfermedad de Ménière es una enfermedad crónica relacionada con un trastorno del sistema vestibular del oído interno, denominado hidrops o hidropesía endolinfática, que produce un exceso de fluido en el oído interno. Cuando el sistema linfático se dilata, puede producir alteraciones en las fluctuaciones del fluido endolinfático, recubriendo las estructuras de la audición y del equilibrio, y causando la enfermedad de Ménière. Puede producirse por un golpe en la cabeza, por deterioro del oído interno, infecciones, alergias o por causas desconocidas. Si es continuo, el aumento de presión puede afectar seriamente al equilibrio y a la audición de la persona.
Desgraciadamente, la enfermedad de Ménière es bastante común. Se estima que la sufre aproximadamente una de cada dos mil personas y afecta por igual a hombres y mujeres. Normalmente, afecta a personas de 40 a 50 años, pero puede darse también en la infancia o en personas de más de 60 años.
Tratamientos de la enfermedad de Ménière
La enfermedad de Ménière no se puede curar. Pero puede aprender a vivir con la enfermedad y pueden realizarse algunos procesos para reducir al mínimo los efectos de esta enfermedad. En la mayoría de los casos, la enfermedad de Ménière se trata con medicamentos para el vértigo, de ese modo la enfermedad se hace más llevadera.
Vivir con la enfermedad de Ménière
Puede aprender a vivir con la enfermedad y pueden realizarse algunos procesos para reducir al mínimo los efectos de esta enfermedad.
- Reducir el estrés es importante para muchos pacientes con la enfermedad de Ménière, ya que se cree que el estrés emocional propicia los ataques.
- Hacer ejercicio y mantenerse en forma en la medida de lo posible al sufrir mareos es importante para reducir el estrés.
- Debido al aumento de la presión del fluido en el oído interno, la mayoría de los pacientes se benefician de la reducción del consumo de sal. Algunos especialistas recomiendan reducir el consumo de líquidos en general, y evitar la cafeína, el alcohol y el chocolate.
- Los medicamentos como Serc (betahistina) y Vastarel ayudan a muchos pacientes. Sin embargo, para otros pacientes los antihistamínicos y diuréticos son más útiles. No existen dos enfermedades de Ménière idénticas por lo que es fundamental consultar con el especialista.
- Algunos encuentran de gran utilidad el uso del dispositivo de presión, que es un generador de baja presión portátil del tamaño de un teléfono móvil. Al situarlo cerca del oído, el dispositivo transmite las ondas de presión al oído medio a través del tímpano. Para que este aparato funcione es necesario colocar un drenaje en el oído.
- El tratamiento con gentamicina también suele ser eficaz. Inyectar gentamicina (un antibiótico) en el oído medio anula el sentido del equilibrio del oído afectado y previene futuros ataques de vértigo. Sin embargo, este tratamiento se asocia con un riesgo de padecer una pérdida de audición futura.
Si ninguno de los tratamientos anteriores funciona, el paciente puede ser uno de los candidatos a una neurectomía vestibular, o sección del nervio vestibular o del equilibrio. Sin embargo, esta complicada intervención no es muy común.