La pérdida auditiva muy extendida entre los menos favorecidos

Los niños fueron clasificados en siete grupos socio-económicos distintos. Se descubrió una clara correlación entre la pobreza y la pérdida de audición congénita. En el grupo de familias con bajos ingresos, 1,72 niños de cada 1.000 nacieron con pérdida de audición. En el grupo de mayor nivel socio-económico, sólo el 0,47 por ciento de cada 1.000 niños nacieron con pérdida auditiva.
Los investigadores aportan dos posibles explicaciones. En las familias con bajos ingresos se dan más nacimientos prematuros y niños nacidos con poco peso. Los subsiguientes tratamientos para estos niños pueden afectar negativamente a su capacidad auditiva.
Los niños de familias pobres pueden además tener un riesgo mayor de padecer una pérdida auditiva congénita, porque la discapacidad auditiva es más común entre las familias pobres.
La detección de la pérdida de audición en niños y la edad a la que reciben los audífonos por primera vez no varían entre los distintos grupos socio-económicos.
Los investigadores del estudio recomiendan que los servicios de asistencia para discapacitados auditivos presten una atención especial a aquellos menos favorecidos.
Fuente: Is deafness a disease of poverty? The association between socio-economic deprivation and congenital hearing impairment, International Journal of Audiology