Los programas para detectar alteraciones auditivas en recién nacidos mejoran el desarrollo del habla

Los programas de detección de trastornos auditivos en recién nacidos son un requisito previo para obtener una intervención temprana y el apoyo necesario para el niño con discapacidad auditiva. La intervención temprana favorece el desarrollo del lenguaje, educativo, social y emocional del niño.
Este ha sido siempre el principal argumento a favor de los programas universales de detección de alteraciones auditivas en recién nacidos, que comenzaron a ponerse en práctica en la década de los 90 y continúan siendo implementados por todo el mundo. Uruguay es uno de los países que actualmente se dispone a ofrecer programas de detección de alteraciones auditivas para recién nacidos. Los primeros informes publicados acerca de los efectos a largo plazo de estos programas indican, tal y como se preveía, que estos programas funcionan.
Vlandern: el 85 por ciento en escuelas convencionales
En la región belga de Vlandern, todos los recién nacidos han seguido los programas para la detección de alteraciones auditivas desde 1998. La gran mayoría de los recién nacidos a los que se les detectó una pérdida auditiva durante el periodo de 1998 a 2003 acuden a escuelas convencionales, según indica una reciente evaluación del desarrollo educativo y del habla de estos niños.
El 85 por ciento de los niños de cinco años y medio en adelante, cuya única discapacidad es la pérdida de audición, acuden a escuelas convencionales. Entre aquellos cuya pérdida de audición ha sido tratada con un implante coclear, el 79 por ciento asisten a escuelas convencionales.
Los investigadores del estudio llegan a la conclusión de que la intervención temprana en niños con discapacidad auditiva puede mejorar el desarrollo del lenguaje y en consecuencia el rendimiento escolar y profesional.
EE.UU.: La exploración auditiva favorece el desarrollo del habla
En los Estados Unidos, los programas de detección de trastornos auditivos se convirtieron en una práctica habitual tras las recomendaciones del equipo de servicios preventivos estadounidense en 2001. En 2006, 46 de los 50 estados disponían de estos programas.
Un informe reciente, basado en una revisión de artículos científicos sobre los programas auditivos publicados desde 2002, confirmaba que los niños con pérdida de audición que habían seguido estos programas tenían una capacidad del lenguaje mejor en edad escolar que aquellos que no habían seguido los programas de detección auditiva.
En particular, la intervención temprana tras la detección de los trastornos auditivos favorece la capacidad de escuchar y entender el habla. Los niños a los que se les detectó la pérdida de audición de forma temprana y aquellos que siguieron los programas de detección de alteraciones auditivas en recién nacidos, a los 8 años de edad mostraban una capacidad mejor para escuchar y entender el habla que aquellos cuya pérdida de audición se diagnosticó de forma tardía o no formaron parte de los programas de detección auditiva. No se halló ninguna diferencia entre los dos grupos en términos de capacidad de habla y lenguaje.
Fuentes: International Journal of Pediatric Otorhinolaryngology; Pediatrics; www.infanthearing.org